Un programador como yo, un hombre de inteligencia y lógico es lo último que desea el que predica una fe a ciegas, es lo último que desea el que desea creyentes que no precisen evidencias. Los falsos profetas necesitan seguidores así para lucrar. Ese no es el caso de los entendidos.

Un hombre de inteligencia y lógico es lo último que desea el que predica una fe a ciegas, es lo último que desea el que desea creyentes que no precisen evidencias. Los falsos profetas necesitan seguidores así para lucrar. Ese no es el caso de los entendidos.Firmado: El príncipe en computación, el amigo de la … Sigue leyendo Un programador como yo, un hombre de inteligencia y lógico es lo último que desea el que predica una fe a ciegas, es lo último que desea el que desea creyentes que no precisen evidencias. Los falsos profetas necesitan seguidores así para lucrar. Ese no es el caso de los entendidos.